Ser rebelde en estos tiempos….

                                                                                       Por José Marcelo Ruiz

El escritor francés Albert Camus en su libro El hombre rebelde recoge un estudio del pensamiento rebelde de los últimos siglos. Pienso que Camus, que vivió las revoluciones y las guerras del siglo XX, si viviera en el presente siglo hablaría, de nuevo, de rebeldía. Se preguntaría si hay que ser rebelde en estos tiempos… ¿Pero qué debe reivindicar?, ¿y contra qué se enfrentaría? Porque han cambiado el escenario y las circunstancias. Pero no ha cambiado la actitud del hombre, porque aún arrastra el lastre socio- ideológico de resentimiento, que es histórico y ha acumulado mucho rencor.

Albert Camus analizaría que el escenario es un ‘mundo globalizado’ en lo económico y en la comunicación, pero no en lo político. Porque todavía se mantienen los grandes bloques socio-políticos, que ideológicamente se enfrentan. Aunque en lo económico existan tratos comerciales, pero defendiendo cada uno su parcela. Como ejemplo podemos pensar en el actual conflicto surgido en Ucrania. País que está formado por diferentes etnias, las cuales padecen dificultades graves de convivencia, y cuyas decisiones políticas del actual gobierno crean enfrentamientos. Este conflicto interno ha facilitado el intervencionismo de Estados Unidos y de Rusia, cuyos intereses son socio-políticos, pero también económicos.

La comunicación social y de acceso a la información también han cambiado. Porque internet ha proporcionado un cambio radical en la relación humana. Cambios que se dan en lo social, en lo político, en lo comercial. Esto ha supuesto que las redes sociales adquieran un poder difícil de controlar.

Albert Camus nos dice que la rebeldía nace del espectáculo de la sinrazón, ante una condición injusta e incomprensible. Que la actitud debe ser: rebelarse contra la mentira, la opresión, la humillación y las desigualdades sociales; exigiendo el respeto a los derechos humanos.

Las respuestas pueden ser frustrantes. Esta frustración la podemos sentir cuando se accede a internet, porque nos piden que aceptemos las ‘cookies’ que controlan nuestros intereses y gustos; y lo hacen con el propósito de comerciar con ellos. Otro tema es caer en las mentiras que circulan por las redes, cuya finalidad es perjudicar la imagen de una persona o institución. Internet se convierte en un espacio de enfrentamiento ideológico, de intereses socioeconómicos; y el arma que se utiliza es la difamación para influir en la opinión pública. Porque el lastre de resentimiento y odio que arrastramos es grave. Me refiero también a esos gobiernos totalitarios, teocráticos que persisten, coartando los derechos humanos. Ejemplos son Afganistán con un gobierno talibán que discrimina a las mujeres, o Qatar, que ha condenado a cien latigazos y prisión a una mexicana que denunció que la habían violado. E incluso la presencia de partidos de ideologías extremas y grupos neonazis que actúan en la sociedad democrática, perjudicando la convivencia.

La pregunta, ahora, es qué hacer ante tales circunstancias. La respuesta es formarse, para adquirir juicio crítico. Tomar conciencia de la situación: combatiendo la mentira, la opresión, el resentimiento y el odio. Y actuar como nos pide el poeta: “Yo no quiero símbolo ni bandera que haga frontera. /No creo en el infierno: si el infierno lo haces tú, tirano, / con el dolor ajeno. Yo me rebelo”.

José Marcelo Ruiz

Este artículo se ha publicado en la prensa NOTICIAS 24 (Comarca de la Axarquía), el viernes, 25/02/2022.  Mi agradecimiento al director del medio D. Francisco Gálvez por  su interés por los temas de cultura, de opinión y pensamiento.

OBSERVACIÓN: Este artículo ha sido escrito antes que comenzará la guerra en Ucrania. La imagen de `NO A LA GUERRA´ en este blog es un gesto de rebeldía contra la guerra, al cual os invito que os unáis.

¡ TRABAJAR SIEMPRE POR LA PAZ!

Sus pinceladas, agua de mar.

Por José Marcelo Ruiz

En memoria de Francisco Gombaau

“Él era de esos seres paridos por la mar. El agua salada corría por sus venas. La luz del Mediterráneo habitaba tan dentro de él que le cegaba el alma. Sus pinceladas eran agua de mar; así lo requerían sus acuarelas. El pincel lo golpeaba con la firmeza y con el dominio que le caracterizaba. Se sentía a gusto al develar el misterio de la mirada de la luz mediterránea. Derrochaba luz, pero la sombra tenue envolvía la composición de sus obras, de manera tan acertada, que quedaba en su justa medida. Surgía el aire en el paisaje, se respiraba… El paisaje estaba vivo, porque se sentía oír el latir de su corazón”.

Esta cita, que ahora reescribo en pasado, se refiere a Francisco Gombau Blanchandel que nació 07/02/1949 en Vinarós (Castellón), a la orilla del mar. Que ha fallecido el 20/01/2022.

 Un golpe de olas le arribó al puerto de Caleta  de Vélez. Le veía ganándose su sustento como ‘sotarrae’ (persona cuyo oficio es arreglar las redes). Pero su vocación artística se manifiesta y nos muestra sus acuarelas en una exposición realizada desde el 15 al 27 de abril del año 2000, en la sala “Casa Larios” de la Tenencia de Alcaldía de Torre del Mar. Que, en esta fecha, le dediqué el comentario en el catálogo de presentación de sus obras, al cual pertenece la expresada cita. Se quedó a vivir entre nosotros. Siendo prolífico en exposiciones, cuya presencia alternaba entre su pueblo natal y la Axarquía, y siempre influenciado por la querencia de la luz mediterránea, las faenas del mar, su paisaje…

En marzo de 2017 me sorprendió con una exposición que denominó La luz del Mediterráneo en la Axarquía y en el Baux Maestrat, donde mostraba el paisaje mediterráneo desde su pueblo natal Vinarós hasta la Axarquía. Eran obras de madurez. En ellas, la luz penetraba en el agua. El agua se convertía en espejo para reflejar el alma del paisaje. Lo hacía dejando su melancolía, con objeto de atrapar los instantes de ánimo. Cuyos instantes se transfiguraban en miradas de luz.

Recuerdo que le pregunté: “Y la mar, el mundo de la mar, Francisco, ¿por qué quieres atraparlo? Él me contestó: no, nunca se puede atrapar la mar. Sólo se la siente”. Porque él era consciente de la fugacidad de la vida. Me decía también que el ánimo lo es todo. Que lo único que podía atrapar con sus pinceladas eran las sensaciones.

 Ahora me basta con contemplar sus obras para comprender que se vive sólo unos instantes. ¡Qué grande es el arte humano cuando deja reflejado esos instantes de vida, esas sensaciones! Sentir cómo camina todo hacia la ‘Nada’ creadora.

Me duele su ausencia, la del amigo Francisco. Pero sus obras me confortaran siempre. Le tendré presente mientras la vida y la memoria me dejen. Cuando me acerque al mar, la mar me recordará su persona. Y pensaré en el testamento del poeta: “Todo lo que soy/ la mar se lo trague. / Lego las olas/ incesantes/ como pensamientos/ eternos”. Entonces la mar y yo hablaremos en silencio de la vida, de los soñadores que amaron y aman la mar.

                                                                                   José Marcelo Ruiz

Este artículo se ha publicado en la prensa NOTICIAS 24 (Comarca de la Axarquía), el viernes, 11 de febrero de 2022. Mi agradecimiento personal al director del medio D. Francisco Gálvez por su interés por los temas de cultura, de opinión y pensamiento.

Fotos de obras del autor:

Por José Marcelo Ruiz

En memoria de Francisco Gombaau

“Él era de esos seres paridos por la mar. El agua salada corría por sus venas. La luz del Mediterráneo habitaba tan dentro de él que le cegaba el alma. Sus pinceladas eran agua de mar; así lo requerían sus acuarelas. El pincel lo golpeaba con la firmeza y con el dominio que le caracterizaba. Se sentía a gusto al develar el misterio de la mirada de la luz mediterránea. Derrochaba luz, pero la sombra tenue envolvía la composición de sus obras, de manera tan acertada, que quedaba en su justa medida. Surgía el aire en el paisaje, se respiraba… El paisaje estaba vivo, porque se sentía oír el latir de su corazón”.

Esta cita, que ahora reescribo en pasado, se refiere a Francisco Gombau Blanchandel que nació 07/02/1949 en Vinarós (Castellón), a la orilla del mar. Que ha fallecido el 20/01/2022.

 Un golpe de olas le arribó al puerto de Caleta  de Vélez. Le veía ganándose su sustento como ‘sotarrae’ (persona cuyo oficio es arreglar las redes). Pero su vocación artística se manifiesta y nos muestra sus acuarelas en una exposición realizada desde el 15 al 27 de abril del año 2000, en la sala “Casa Larios” de la Tenencia de Alcaldía de Torre del Mar. Que, en esta fecha, le dediqué el comentario en el catálogo de presentación de sus obras, al cual pertenece la expresada cita. Se quedó a vivir entre nosotros. Siendo prolífico en exposiciones, cuya presencia alternaba entre su pueblo natal y la Axarquía, y siempre influenciado por la querencia de la luz mediterránea, las faenas del mar, su paisaje…

En marzo de 2017 me sorprendió con una exposición que denominó La luz del Mediterráneo en la Axarquía y en el Baux Maestrat, donde mostraba el paisaje mediterráneo desde su pueblo natal Vinarós hasta la Axarquía. Eran obras de madurez. En ellas, la luz penetraba en el agua. El agua se convertía en espejo para reflejar el alma del paisaje. Lo hacía dejando su melancolía, con objeto de atrapar los instantes de ánimo. Cuyos instantes se transfiguraban en miradas de luz.

Recuerdo que le pregunté: “Y la mar, el mundo de la mar, Francisco, ¿por qué quieres atraparlo? Él me contestó: no, nunca se puede atrapar la mar. Sólo se la siente”. Porque él era consciente de la fugacidad de la vida. Me decía también que el ánimo lo es todo. Que lo único que podía atrapar con sus pinceladas eran las sensaciones.

 Ahora me basta con contemplar sus obras para comprender que se vive sólo unos instantes. ¡Qué grande es el arte humano cuando deja reflejado esos instantes de vida, esas sensaciones! Sentir cómo camina todo hacia la ‘Nada’ creadora.

Me duele su ausencia, la del amigo Francisco. Pero sus obras me confortaran siempre. Le tendré presente mientras la vida y la memoria me dejen. Cuando me acerque al mar, la mar me recordará su persona. Y pensaré en el testamento del poeta: “Todo lo que soy/ la mar se lo trague. / Lego las olas/ incesantes/ como pensamientos/ eternos”. Entonces la mar y yo hablaremos en silencio de la vida, de los soñadores que amaron y aman la mar.

                                                                                   José Marcelo Ruiz

Este artículo se ha publicado en la prensa NOTICIAS 24 (Comarca de la Axarquía), el viernes, 11 de febrero de 2022. Mi agradecimiento personal al director del medio D. Francisco Gálvez por su interés por los temas de cultura, de opinión y pensamiento.

Fotos de obras del autor:

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Francisco Gombau arreglando las redes.
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